viernes, 2 de septiembre de 2011

Decidí

Hay días que te levantas pensativo, filosófico. Días en los que tu cuerpo no está activo pero tu mente trabaja el doble. Días en los que piensas, filosofas, cavilas, recapacitas… y decides.
Decidí ser feliz pese a todo, de las malas decisiones y de los malos momentos; que nada apagaría ningún buen recuerdo, ninguna sombra entorpecería una antigua risa ni ninguna lágrima borraría el menor atisbo de felicidad.
Decidí que si los ojos son el reflejo del alma los míos serían los más hermosos del mundo, que brillarían por encima de cualquier momento oscuro, de cualquier envidia o de cualquier soberbia, iluminarían la ignorancia y la deslealtad, reflejando sólo un alma pura.
Decidí que las únicas palabras que merece la pena escuchar, sean buenas o malas, son aquellas que provienen del corazón de los amigos y no de la envidia de los enemigos, que o bien atacan intentando hundirte o halagan tus oídos con falsas alabanzas.
Decidí que no hay sentimiento más importante que la amistad, que llene tanto o de tanta satisfacción; que los amigos estarán ahí para ayudarte cuando caigas y que eso vale más que nada.
Decidí que quien bien te quiere no te hará llorar, sino que secará tus lágrimas cuando haga falta y llorarás por su marcha, no por su causa.
Decidí que mis alas son demasiado grandes, brillantes y blancas para dejar que nadie las ate, las corte o las manche, que coarte mi libertad de cualquier modo, pues sólo yo soy dueño de mis actos.
Decidi ser feliz, libre, y amar.

1 comentario:

Eleuteria Niemand. dijo...

Gran decisión.
Ojalá todos los días nos levantaramos con esa fuerza.

Un saludo, :).